viernes, 26 de octubre de 2012

EL CHARLATÁN


Cuando se da clase a los adolescentes y jóvenes de Enseñanza Media, hay momentos que yo llamaría “mágicos”. Uno de ellos se produjo  en la clase de Humanidades (Lengua y Literatura y Geografía e Historia) que les daba a un grupo de unos 15 alumnos de “Diversificación curricular” lo que quiere decir: chicas y chicos que, aunque no tenían el nivel requerido para su edad, sí tenían interés por estudiar. Un día, a partir de la explicación de la palabra ‘simposio’ y ‘peripatético’, les conté cómo Sócrates había elaborado oralmente todo un sistema filosófico y les pregunté cuál sería la causa de que  este filósofo no hubiera dejado ni una línea escrita.
 Las explicaciones fueron muy ingeniosas:
·        Porque era un flojo.
·        Porque era manco.
·        Porque no sabía escribir.
·        Porque era ciego.
·        Porque no tenía lápiz.
·        Porque tenía un negro (en el argot literario).
·        No le interesaba escribir porque sus discípulos aprendían sus enseñanzas y no le hacía falta escribirlas.
Parece que las dos últimas son las explicaciones que más se acercan a la realidad, porque desde luego tuvo Sócrates un negro insigne que fue Platón. Y, por otra parte, la explicación que daba el filósofo, que sólo sabía que no sabía nada, era que con la escritura se ponía en peligro la memoria y pensaba, por tanto, que escribir supondría un atraso. A este respecto, le da importancia a lo que él llama en el “Fedro” la charlatanería:
Fedro.- ¿Cómo y de dónde se podría uno procurar el arte del que en realidad es orador elocuente y persuasivo?
Sócrates.- Todas las artes importantes necesitan como aditamento el charlatenear.
Sócrates, con esta afirmación, hace así un guiño a las burlas que le dedicaban de ser sólo un charlatán.

2 comentarios:

  1. La oralidad es estar vivo. No es casual que nos guste tanto la entonación y el habla de argentinos e italianos; el 60% de los exámenes de su vida escolar son orales. Yo cada vez lo tengo más claro en clase.

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  2. Me parece acertadísimo tu comentario, Damián, aquí no se enseña a hablar en público, ni a debatir, ni teatro. No conocía el caso de nuestros países hermanos, pero sí el de los anglosajones, en donde parte de la vida dentro de la Escuela se la pasan "charlateando". Salud, colega!

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